No hace mucho, teníamos la oportunidad de leer (lamentablemente no recordamos dónde) estudios en Estados Unidos donde se alertaba que la sobreprotección que muchos padres tienen con respecto a sus hijos, a los que quieren evitar toda clase de relación con circunstancias desagradables (muerte, violencia, enfermedad…) tiene consecuencias negativas posteriormente en su desarrollo emocional.
En línea parecida va el artículo que os traemos hoy, en el que recomienda leer literatura de terror a los niños (obviamente sin contenido demasiado explícito), ya que hacerlo puede ayudarles en varios aspectos, sobre a preguntarse el porqué de las cosas y de ciertos comportamientos.
No debe extrañarnos esto, pues la gran mayoría de los cuentos y fábulas clásicas tienen un componente “terrorífico” incorporado (brujas, dragones, plagas de ratas, lobos, gente a la que se le echa aceite hirviendo, etc.)
¿Vosotros leéis cuentos de terror a vuestros pequeños?
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