Entrevista a Nati Díaz

1.-Entonces, ¿Es difícil ser infiel? ¿En qué sentido?

Creo que no debe ser difícil en el momento en que estás cometiendo la infidelidad, ahí te lo debes pasar bien, es después cuando tienes que pensar en el daño que puedes causar, si además tienes familia, debe ser una lucha contra tus emociones y resolver como salir o no, de donde te has metido.

2.-En tu novela, Isabel enfrenta una montaña rusa de emociones. ¿Cómo lograste capturar y transmitir esos altibajos emocionales de forma tan vivida y realista?

Yo tengo una edad, es decir casi toda una vida y la vida es una escuela. Yo he sentido sensaciones y altibajos emocionales en diferentes etapas y algunas las he vivido con mucha intensidad.

3.-El tema de la infidelidad y la lucha interna entre la pasión y la conciencia es principal en la novela. ¿Qué te llevó a explorar este tema y cómo lo has abordado durante el proceso de gestación de la obra?

No ha habido una señal especial, es el día a día que te da pasajes de vidas, de alguien que ha tenido una aventura, de alguien que ha sufrido sin poder explicarlo, de películas, de comentarios maliciosos, he ido cogiendo todo esto, lo he metido en una batidora que es mi cabeza y lo he soltado en un libro. Decirte que durante el proceso de escribirlo me lo he pasado muy, pero que muy bien, me he metido de lleno y me he convertido sin dudarlo en Isabel Vera.

4.-La novela tiene un ritmo definitivamente ágil y un toque de humor inteligente. ¿Cómo has integrado estos elementos mientras abordabas temas bastantes serios?

Aquí tengo que decirte que debe ser natural, el toque de humor me sale sin apenas darme cuenta, hay veces que ni yo misma me lo explico, he estado en situaciones criticas que no era el momento, ni el lugar ni para respirar y me ha venido en mente alguna anécdota o tontería pasada, que me ha hecho por lo menos sonreír, si no podía reírme y lo de ágil, yo lo achaco a que como me gusta hablar mucho y acelerada, algo ha quedado plasmado en la historia.

5.- Que papel juegan las convenciones sociales, la familia y los valores en la vida de Isabel y cómo crees que influyen en sus decisiones a lo largo de la novela?.

Tiene un papel importantísimo la educación de Isabel, la época, piensa que estamos hablando de finales de 1968, en que todo eran normas y más para las mujeres que empezábamos a despegar y se tenía muy en cuenta todo lo que hacíamos, el tema de la infidelidad en una mujer estaba terriblemente mal visto, y ya no te digo si te quedabas embarazada sin estar casada, habían muchos tabús y te enseñaban desde pequeña que esas cosas estaban “muy mal”, así que eso se te quedaba grabado a fuego y si hacías algo que se salía de las normas, lo tenías que llevar siempre como una lacra, por eso Isabel tiene esos vaivenes de salud, sabe lo que está haciendo, se siente culpable, pero no lo puede evitar,

6.-Como persona que dice sentirse escritora desde siempre, y que publica su primera novela a los setenta y tres años, ¿cómo ha evolucionado tu perspectiva sobre la literatura a lo largo de los años?

Cuando yo era pequeña no leía, escuchaba novelas por la radio, fue a partir de los 13 o 14 años que empecé a leer y también a escribir mi diario, me podía leer un libro de cuatrocientas páginas en un día y medio, me hice del Círculo de Lectores y leía todo lo que me aconsejaba la señora que me traía los libros a casa, he leído muy buenos libros y también malos, en mis primeros años de lectora no habían o yo no conocía a muchos autores, ahora hay un gran ramillete donde puedes escoger, es maravilloso la gente joven que escribe buenos libros, y los ya consagrados que aún me siguen sorprendiendo con su sabiduría.

7.- ¿Qué esperas que los lectora se lleven de No es fácil ser infiel? ¿Existe algún impacto emocional a reflexión específica que te gustaría provocar con tu novela?

Que es una novela dulce, no hace daño, es un amor durante toda una vida sin dejar de querer a otro amor, yo creo que se puede querer a dos personas y que cada uno tenga su espacio como se ve en el libro, después están las familias que no han desunido, han querido a la familia del otro y han esperado a la vejez para poder estar juntos, para no dañarles, para no dañar a nadie, ni a sus conciencias.

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