Escritores y alcoholismo, un binomio que se ha repetido y se repite a lo largo de los años. La angustia del folio en blanco y la falta de ideas les hace recurrir a cualquier método para conseguir inspiración. Partiendo de esa premisa, Billy Wilder nos ofreció su obra “Días sin huella”, que además consiguió el Oscar a la mejor película en 1945. Y ya sabéis, si no estáis inspirados, ¡mejor contemplar la inmensidad del mar o las montañas antes que darle a la botella! (Trailer tomado del
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