Políticamente directa

Historia, influencer, sexo, drogas, familia, enfermedad, libertad y libertinaje. Ésta es mi ensalada. ¿Te atreves?

Maquillamos todas las situaciones de la vida porque al parecer si no eres perfecto, no encajas y, si no encajas, no estás preparado para esta sociedad. Pero ¿quién te ha dicho que encajar sea lo correcto?

Tenemos millones de filtros en las redes sociales para aparentar una belleza que no es nuestra porque es así como deberíamos vernos, pero ¿quién te ha dicho que tu belleza no es bonita? ¿O que esa perfección sea lo atractivo?

Perdonamos la infidelidad cuando se es monógamo porque hay programas que normalizan los cuernos y crees que es lo habitual, pero ponemos los cuernos cuando queremos abrir la relación por miedo a algo tan simple como el diálogo. Contradictorio, ¿no?

Nos ponemos fajas parque no salga la chicha, teñimos las canas para esconderlas y nos echamos kilos de crema para engatusar a la edad y que ésta nos diga al espejo que aparentamos menos, pero ¿qué de malo tiene envejecer? Experiencia se llama, tan atractivo como útil.

No amiga y amigo, esto no es una novela, ni un libro de autoayuda, son solo los pensamientos de una cuerda muy loca que está un poquito harta de cómo funciona el ser humano, que más que humano se convierte en un personaje.

Una introspección hacia mí misma y crítica hacia lo que observo. Atrevida, un poco indignante y algo chabacana. Puede que te haga cambiar de opinión, así que dime, si estás un poquito de acuerdo, ¿por qué no abres la primera página y te das una oportunidad a ti mismo/a? Porque igual te hará pensar. Aunque tranquilo o tranquila, pensar está sobrevalorado, así que al menos, un buen rato pasarás.