Lidia Serrano Bolívar aprendió a leer en su casa a los tres años y, desde entonces, devora todos los libros que llegan a sus manos. Las novelas más desgastadas de su biblioteca personal son las de Jane Austen.
Cuando escribió esta historia contaba con diecinueve años. Una profesora del instituto, que había leído una redacción improvisada en diez minutos, le aconsejó que no volviera a soltar el bolígrafo hasta terminar esa historia. Veinte años más tarde se ha decidido a publicar una de esas historias.
De profesión camarera, está deseando salir de trabajar para viajar a través de la literatura desde el sofá de su salón. Espera llegar con sus obras a toda esa adolescencia de los años noventa, pero también a la juventud actual para enseñarles cómo se divertían los chavales en los tiempos del teléfono fijo.