Supura rebeldía por cada poro se su piel. Rebosa amor por todo aquello que le mueve (que no es todo).
David Puigbó no entiende, no entiende esta vida diseñada por otros que le ha tocado vivir.
Empezó a escribir por primera vez en un centro de desintoxicación. Fue un día que desde el centro les pidieron que escribieran algún sentimiento y volcó toda su alma en unas letras que llamó «Mi triste condena«.
Su carrera literaria ha sido corta pero larga a la vez. Empezó a escribir con 23 y no ha dejado de hacerlo hasta sus 44 años actuales.
Su autoría consta de cinco libros, contando con este último llamado Poemas para el silencio.
– Retales de mi piel.
– Gritos de tinta.
– Letras, utopías y anarquía.
– Simbiosis.
“Soy un escritor o dicen que soy escritor, que escribe para no morir, que escribe porque es su manera plasmar sus sentimientos entre cafés, bocadillos, cervezas y comida de restaurante. Aparte de escribir, también trabajo en un bar restaurante David’s, en Alp (Girona). El mundo de la hostelería y escribir son mis grandes pasiones. La primera ha sido inculcada por mis padres, que de siempre han tenido negocios relacionados con ese mundo y las letras… fue la vida, fue ella la que me obligó a escribir. Yo no quería. Nunca hubiese imaginado que escribiría ni un solo libro. Pero, aquí estoy.”