Lo que ya no vuelve

Nació en Zaragoza hace ya unos cuantos años, pero es Valencia la ciudad que la acoge desde pequeña. Sus primeras lecturas en la niñez son las que forjan su amor por la poesía, y esas primeras fuentes fueron Platero y yo de Juan Ramón Jiménez y las poesías completas de A. Machado. Es en el instituto cuando descubre otro poetas: Neruda, Aleixandre, Baudelaire…, pero será la historia del poeta cabrero Miguel Hernández la que más la conmueve y alienta a escribir. Ante la imposibilidad, por cuestiones personales, de poder estudiar Periodismo, su vocación de toda la vida, se decanta por la Fotografía, donde, de alguna manera, también puede plasmar sentimientos. No ejerce de fotógrafa salvo para satisfacción personal. Ha trabajado siempre con temas relacionados con el mundo de la imprenta y en estos momentos está preparando oposiciones. Una vida muy sencilla que enriquece viajando de vez en cuando y dejándose llevar por la creación poética y literaria Ha publicado con la editorial Avant un poemario titulado Insomnios, tras participar en el concurso de poesía de la ciudad de Ceuta e interesándose la editorial por la publicación del mismo. Pero su espinita clavada era poder escribir una novela. Y fue tras su último viaje a Santiago de Compostela y con los ánimos de su compañero de vida, cuando se puso manos a la obra y se dedicó a ello en cuerpo y alma. En el trasfondo de la obra podemos encontrar el sentimiento de culpabilidad, la necesidad de buscar el perdón y el crecimiento personal que desarrollamos a través de la visión que las personas que nos acompañan en el camino de la vida, tienen de nosotros. Esta es pues, a la madurez, su primera incursión importante en este maravilloso mundo. Su primera novela, su gran ilusión.