Entrevista a Rosa Maria Prat i Balaguer

1.- ¿Qué fue lo que te llevó a escribir sobre Elisenda de Montcada i de Pinós, una figura histórica no tan conocida en comparación con otras reinas del medievo?

En mi novela “Pedres Blanques” (Gregal 2018), obra que quedó finalista en el Premio Autor Revelación del Ateneo Barcelonés el año 2016, hay un personaje que es la reina Elisenda de Montcada, esposa de Jaime II el Justo, rey de la Corona de Aragón. Aparece en varias escenas, el día de la inauguración del monasterio de Petras Albas, durante su retiro como reina viuda en el palacete de la reina anexo al cenobio, y como amiga y confidente de la abadesa, Sobirana Olzet. No obstante, su papel en la novela es secundario.

Durante el proceso de recopilación de información y de escritura, tomé conciencia que tenía un personaje femenino poco conocido, con mucho poder y de mucha proximidad. Una reina nacida en Aitona (Lérida), en el siglo XIV en las tierras de la Corona de Aragón. Abrí una carpeta con el nombre de “Elisenda” y fui guardando documentación hasta que un día pensé en escribir sobre ella.

Tenía muchos interrogantes sin respuesta, ya que de los treinta primeros años de su vida no se conoce casi nada, solamente que era la hija de un linaje muy importante, de senescales reales fieles a la Corona de Aragón. Ella entra en la historia al convertirse en la cuarta esposa del rey.

¿Por qué Elisenda se casa a los treinta años en una época en qué los matrimonios los pactaban las familias de la reales y de la nobleza a los pocos meses de nacer las niñas con la finalidad de ampliar su poder y su patrimonio? ¿Cuál sería la vida de Elisenda de Montcada antes de este matrimonio? ¿Era una religiosa que la sacó su hermano del convento? ¿Era una mujer viuda? ¿Era soltera? ¿Por qué no tuvo hijos? Cuándo enviudó se retiró a vivir en el palacete de la reina del monasterio de Petras Albas ¿Por qué durante los treinta y siete años que residió en él, nunca hizo los votos, ni tomó el hábito de la comunidad religiosa de Santa Clara?

Estas lagunas históricas me han posibilitado escribir una historia de ficción que fuera verosímil, sobre su infancia, el ambiente y la educación familiar en el castillo de Aitona, sobre la preparación en el saber ser y estar para una dama de la época en el monasterio de Sigena , donde se educaban las hijas del rey y de la nobleza. Su primer amor de juventud, con un joven educado por los monjes templarios en el castillo de Monzón… La época coincide con la condena, persecución y expolio de esta orden por parte del rey de Francia y de la Corona de Aragón. Las luchas por la conquista de los territorios a los sarracenos y la extensión de la Corona de Aragón por el Mediterráneo. Tenía un contexto histórico interesante y un personaje femenino que trascendió a la historia como reina y como promotora y protectora del Real Monasterio de Santa María de Pedralbes de Barcelona.

2.- La propia reina Elisenda es la narradora de la obra. ¿Cómo ha sido el desafío de dar voz y meterte en la piel de una figura tan especial y ya lejana en el tiempo?

La novela trata de los últimos catorce días de la vida de la reina en su residencia del palacete de la reina en el monasterio de Petras Albas. Tiene setenta y dos años, una edad muy longeva para la aquella época, está enferma y explica sus recuerdos y vivencias a su cuidadora, la hermana Clara. La voz testimonial de la reina en primera persona me sirve para dar más viveza al personaje y para que el lector pueda sentirlo más humano, real y próximo.
Así como en la novela de Piedras blancas mi referente literario fue El nombre de la rosa de Umberto Eco, en este caso ha sido La larga espera del ángel de Melania G. Mazzucco sobre los últimos días de la vida del pintor italiano Tintoretto. Otro referente de la técnica y del estilo literario que he utilizado ha sido la obra teatral de Samuel Beckett, Esperando a Godot.

En mi libro también hay aspectos que dan fluidez a la lectura como son los diálogos y la correspondencia. Todo un desafío literario que a medida que iba escribiendo iba realizando una inmersión en la época histórica y en el personaje.

3.- ¿Qué aspectos de su vida y personalidad te han resultado más fascinantes durante la gestación de la novela?

Un cronista de la época y de la vida de Jaime II, fue Ramon Muntaner. Según su Crónica medieval el rey era un hombre atormentado y enfermo, con muchos problemas de salud a causa de las guerras y de los disgustos que había tenido con sus hijos. En cambio, la reina Elisenda nos la describe como una mujer bella, virtuosa, religiosa, muy querida por su pueblo. De ella, el escritor nos dice que aportó paz y tranquilidad al rey.

Uno de los episodios interesantes que explica el cronista es la llegada del Infante Alfonso, segundo hijo del rey y sucesor a la Corona, a Tortosa en el Port Fangós de la expedición a la isla mediterránea de Cerdeña. Vencedor de la conquista y aclamado por todos los que fueron a recibirles. El rey y la reina también estuvieron. Se originó un conflicto entre padre e hijo por la vestimenta que éste llevaba. Fue Elisenda quién resolvió aquella situación provocada por el carácter impulsivo del rey.

De ella destacaría su personalidad, su bondad, su generosidad su papel de mediadora en la resolución de este tipo de conflictos familiares. Protectora de las mujeres de su familia y de las religiosas clarisas en una época en que las mujeres según la Iglesia no tenían alma y eran la causa del pecado de los hombres. Una época en la que ser mujer era una condición de vida muy dura y difícil. Por eso los monasterios eran espacios de libertad para las mujeres, no dependían del padre, del marido o del hermano, podían aprender a leer y escribir, cantar, coser, bordar, música, pintar, etc. Dotó al monasterio de Privilegios, de Ordenaciones y de solvencia económica para poder vivir con autonomía propia. Petras Albas llegó a convertirse en la época medieval. en un verdadero centro de poder femenino.

Otro hecho destacable de la reina Elisenda viuda, es la influencia que tuvo en el conflicto de la sucesión a la Corona de Aragón después de la muerte del rey Alfonso. Elisenda tuvo una influencia decisiva y jugó fuerte a favor del Infante Pedro, nieto de Jaime II e hijo del primer matrimonio con Teresa de Entenza, frente a los partidarios del Infante Fernando, hijo de Leonor de Castilla, segunda esposa del rey difunto. Más adelante será el propio rey Pedro el Ceremonioso quién lo explicará en la Cuarta Crónica Medieval de las cuatro escritas en lengua catalana.

4.- La novela aborda temas tan diversos como el amor, el poder y las intrigas palaciegas. ¿Cómo equilibraste todos estos elementos en la trama?

En la novela el lector encontrará temas propios de la época medieval como son los secretos familiares guardados en silencio a través de generaciones, el amor prohibido por pertenecer a sectores sociales distintos, la sexualidad en la época medieval, las intrigas palaciegas, el poder, la envidia…etc. En la trama principal del libro voy desarrollando subtramas que al final del libro intento cerrar, como sucede con la historia de la esclava Azahara.

5.- ¿Qué fue lo más desafiante a la hora de escribir desde la perspectiva de una mujer dentro de un contexto medieval?

He escrito dos libros que tienen un contexto medieval, en concreto el siglo XIV. El primero “Pedres blanques” trata del conflicto histórico que vivió la comunidad religiosa de las hermanas clarisas de Pedralbes, cuando el Papa Benito XII promulgó Las Constituciones, unas normas de obligado cumplimiento para todas las ordenes religiosas, con el pretexto de erradicar la supuesta corrupción de los monasterios. Esta nueva normativa anulaba Los Privilegios concedidos por la reina Elisenda de Montcada y de Pinós, sobre todo los de gestionar su propia economía y no estar encerradas en la clausura.

El otro libro es el actual de Elisenda, Reina de la Corona d’Aragó en que el conflicto principal se ciñe en el pacto matrimonial de Ot de Montcada con el rey Jaime II, para casarlo con Elisenda.

La historia la han escrito los hombres, des de su perspectiva. Mi desafío ha sido intentar dar visibilidad a una mujer de un linaje muy importante que fue reina. Yo he intentado dar una mirada distinta a una época y crear una historia de ficción que fuera creíble, de una mujer que llegó a ser reina. Hablo de reflexiones, de recuerdos, de sentimientos y tormentos, de las vivencias en el umbral de su muerte.

6.- ¿Existe algún mensaje o reflexión que esperas que los lectores se lleven después de conocer la historia de Elisenda? ¿Cuáles han sido los principales objetivos que te marcaste (si es que te marcaste alguno) a la hora de escribir esta novela?

En primer lugar, el libro ha de servir como conocimiento y reflexión de la situación de las mujeres en la época medieval. Hay varias mujeres que son personajes de la novela que tienen un rol muy distinto: la hermana Clara, cuidadora de Elisenda y la voz crítica de la conciencia de la reina; la nodriza y cuidadora, Ikram; la esclava Azahara, compañera de juegos de Elisenda, envidiosa. Sibila, la hija ilegítima del padre de Elisenda, hija del pecado, a quién Elisenda ayudará hasta llegar a ser la abadesa del monasterio de Avinganya, donde estuvo durante años el panteón de la familia Montcada; Elisenda, sobrina y ahijada de nuestra protagonista; las abadesas, Sobirana Olzet y Francesca Saportella, sobrina de la reina, que fueron las señoras feudales de la Villa de Sarrià.

La función principal de las mujeres en aquellos tiempos era tener hijos. Las reinas tenían de ser fértiles para dar herederos a la Corona. Muchas reinas, morían por infecciones después del parto. Fue el caso de Blanca de Anjou o de Nápoles, segunda esposa de Jaime II, que tuvo diez hijos y murió poco después de nacer su hija Violante. También eran años de una elevada mortalidad infantil debido a las enfermedades y a la precariedad de las condiciones sanitarias. Uno de los objetivos de mi trabajo es poner de manifiesto el papel predominante que tenía la Iglesia en la sociedad medieval y el papel que se les asignaba a las mujeres. La mujer tenía que obedecer al hombre, ser sumisa, obediente, llegar virgen al matrimonio, no cometer adulterio, tener muchos hijos, trabajar en el ámbito doméstico y en el campo, dar placer al hombre, ser devota y decente…

¿Qué podía hacer Elisenda cuando su hermano mayor, pacta el matrimonio con el rey sin contar con la opinión de ella? El rey que es veinticinco años mayor que ella, que está enfermo, que ya no puede tener descendencia. Yo creo que Elisenda por más que se rebele, llore, proteste, intente escapar… Elisenda tendrá que renunciar a sus sentimientos, a la maternidad, y obedecer a Ot de Montcada.

Actualmente hay una tendencia por parte de algunos escritores, algunos de ellos incluso han sido premiados, por escribir sobre mujeres valientes, rompedoras del status quo en la época medieval. Desde mi punto de vista son anacronismos, miradas feministas del siglo XXI aplicadas a otros tiempos olvidando la existencia de la represión, del castigo y sobre todo del Tribunal de la Santa Inquisición. Históricamente no es hasta finales del siglo XIX que la ideología del feminismo y la lucha por los derechos de las mujeres emerge en la sociedad. Sobre todo, hasta finales del siglo XX con las democracias americanas y europeas, es cuando se avanza, muy lentamente, en el reconocimiento de los derechos de las mujeres.

7.- ¿Andas inmersa en algún nuevo proyecto literario? ¿Nos puedes adelantar algo?

Durante estos meses me estoy dedicando a dar a conocer la novela. He hecho cuatro presentaciones: en Santa Margarida i Els Monjos, en Sant Sadurní d’Anoia, en Vilafranca del Penedès, en Solsona i en Terrassa. Próximamente tengo previsto hacerlas en Martorell, en Aitona, en Vilanova i La Geltrú, en Lérida i en Sant Pere de Riudebitlles. Tengo entre manos un Proyecto sobre Memoria Histórica que espero poder dedicarle tiempo para hacerlo crecer y que pueda ver la luz.

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