La dehesa marina
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Carlos Peñaranda, nacido en Sevilla en la década de los cuarenta, es hijo de una familia económicamente acomodada dueña de varias fincas entre las provincias de Sevilla y Cádiz, que traslada a los pocos años su residencia a la localidad de El Puerto de Santa María. Por ella y por su natal Sevilla, pasea a menudo disfrutando de cada uno de sus rincones. En El Puerto Carlos hace amistades en el colegio que conservará durante toda su vida y con los que ya dejará entrever su rica personalidad y su dimensión humana. Nunca dejaría ya de ser centro de su entorno familiar y social en los que acreditará tanto su nobleza como su inmensa generosidad.
Enamorado de la hija de una sirvienta, con las grandes distancias sociales y culturales que existían en la época, vive permanentemente a caballo entre las fincas, el Puerto y Sevilla, marcos que poco a poco irán acrecentando en él su afición a la literatura que cultivará siempre con el campo y el mar muy presentes.
Con el paso del tiempo su compañera, Sole, comienza a interesarse súbitamente por los asuntos y negocios de Carlos, lo cual, de forma inevitable hará mella en las relaciones personales de la pareja que parecen comenzar a buscar otras vías pero que en todo caso, quedarán sugeridas sin merecer un tratamiento detallado que rozara la vulgaridad.
A lo largo de toda la vida de Carlos, así como de la obra, se dejan entrever sus creaciones poéticas personales que expresa en cualquier ocasión y ante diversos interlocutores pero, sobre todo descubre su admiración velada por el terrateniente y escritor sevillano Fernando Villalón. Consciente de la vocación campera del noble moronense contrapuesta a la necesidad de Carlos de ver y vivir los paisajes y el alma marinera, concibe su “Dehesa marina”. Ambos sueñan con sus respectivas utopías, el uno ganadera y el otro marinera. Al final, y tras sufrir diversas vicisitudes tanto en su vida familiar como en su salud, Carlos nos brinda un sincero y emotivo homenaje al poeta con el que se identifica y cuya personalidad le influye esencialmente.
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